Xicote Bike 2018

Nos gusta sufrir, Xicote Bike 2018

Despertando…

5:20 a.m. – Suena el despertador, o al menos eso pensó mi hermano.

Es el día de la carrera y estando  en un sueño profundo, suena algo parecido a un despertador,  escucho que mi hermano se para por su celular y me dice “No es mi despertador”.  Era la iglesia del centro de Xicotepec anunciando las 5:30 a.m. del sábado 28 de julio.  Me niego a pararme, pues mi alarma estaba configurada hasta las 6:00 a.m. así que vuelvo a dormir mis minutos robados.

¡TIC-TIC! Suena la alarma, me ducho con agua fría, me pongo mi Jersey de MTB Friends. Todo estaba ya listo (Al menos eso pensaba).

El inicio…

6:40 a.m. – Me encuentro a Eric en la plaza central. Nos ponemos a calentar y a hacer unos cuantos wheelies. El tiempo pasa volando y cuando nos damos cuenta ya estamos a 2 minutos del disparo de salida. Nos vamos a formar pero me doy cuenta que no tengo mi termo y sin él mi desempeño en Xicote Bike se vería afectado por lo que me regreso en un sprint por él.

Regreso a la salida y me avisan que Eric también olvidó el suyo, por lo que fuimos los últimos en salir, pero con una ovación como si fuéramos los primeros en llegar. Muy motivados con esto, nos disponemos a pedalear duro para alcanzar al pelotón.

7:40 a.m. – Después de alcanzar a varios ciclistas en la subida, llega el momento que más esperábamos ¡ El descenso!  Soltamos el freno y nos dejamos ir para rebasar al menos 100 ciclistas durante los 21 km de descenso.

9:00 a.m. – Llegamos al río majestuoso, una delicia para refrescar la humedad de la carrera, 6 o 7 Km más de planicie que te preparan para la subida infernal.

9:15 a.m. – Me doy cuenta que no tengo termo. Se cayó en el descenso.

La subida…

10:40 a.m. – Después de una subida de alrededor de 600m ganados de elevación, me siento motivado pues no paré un sólo segundo a descansar, llego al primer punto de hidratación y me da un bajón de azúcar derivado del calor y humedad tan fuertes. Punto de hidratación excelente, desde sandías hasta jitomates, electrolitos y agua helada. 10 Min de descanso para seguir con los 20 km de subida.

11:30 a.m.- En el recorrido conozco a varios ciclistas que descansan conmigo en cualquier sombra que encontrábamos. El sol está casi en su punto medio y la humedad se siente como si estuviéramos en la playa, la subida comienza a ser eterna y el agua comienza a escasear. Mi propósito de terminar la carrera a las cinco horas y media se ve muy lejano, aún con 15 km más por recorrer.

12:00 a.m.- En la subida un ciclista se acalambra, por lo que avienta su bici que no cae al piso, pues se recargó contra mí. Desesperado grita por ayuda a la que acudimos varios ciclistas en apoyo.  “No entiendo porque me meto a estas carreras tan demandantes” nos dijo.

12:30 p.m. – Mi mochila de hidratación se encuentra vacía y mis piernas ya no responden a subidas demandantes. A lo lejos veo un grupo de ciclistas platicando con unos niños. Cuando me acerco a donde están ellos, me doy cuenta que los niños estaban ofreciendo agua helada para tomar o para “la cabeza” como ellos gritaban. Sin duda fue el gesto más noble y lleno de amor que nos llevaremos todos los que sufrimos el calor en la carrera. En una publicación de la carrera me enteré que el padre de los niños dijo: “Hay que aprender a compartir lo poco que Dios nos da”.

1:00 p.m.- Último punto de hidratación; ya no puedo beber más agua, mi cuerpo sigue deshidratado y cansado a pesar de los geles energéticos y agua que tomé. Sólo guardo un jitomate para el camino y me decido a aprovechar la pequeña nube que nos dio sombra por unos minutos.  Sigo un par de kilómetros y como el jitomate crudo más delicioso que he probado en mi vida, mis piernas están a punto de acalambrar, mi mente dice que sólo faltan unos minutos más.

1:10 p.m. – Hermosa vista de una pequeña laguna y ganado descansando a su alrededor.

La llegada…

1:30 p.m.- A lo lejos veo la famosa subida que te lleva al último single track de la carrera. Antes de bajar me encuentro un punto de hidratación sorpresa que me da las energías para bajar. Me motiva la bajada, por lo que suelto el freno y advertido por un accidente adelante, me veo obligado a bajar con bastante tranquilidad el nuevo segmento de escaleras .

1:35 p.m.- El descenso fue más fácil que la primera vez en Xicote Bike, suelto el freno en la última bajada y llego las calles de la ciudad, la gente se asoma de sus casas para gritarte porras. Los niños te aplauden y el calor humano de la gente te alienta en los últimos pedaleos.

1:40p.m- Veo la meta a los lejos, vuelo los topes y me pongo a pedalear con toda la fuerza que me queda, una subida muy pequeña que se siente  10 veces más pesada. Llego a la meta entre aplausos y con escalofríos de felicidad por haber terminado una de las carreras que más ha demandado a mi cuerpo.

 

Xicote Bike sin duda es una de las carreras más duras de Bici de montaña que hay en México. La ubicación la hace especial por las condiciones extremas de humedad y calor. La elevación ganada es de alrededor de 1600m y la mayoría suelen inscribirse a 50km, pero hay osados que recorren y 100 y hasta  150 km mortales.

 

 

Pros:

  • Puntos de Hidratación muy bien surtidos, con primeros auxilios en cada uno.
  • Una vista única de la sierra de Xicotepec.
  • Carrera controlada a y no saturada de ciclistas.
  • -Kit de carrera muy bien surtido y buenos patrocinadores.

 

Contras:

  • Condiciones demandantes y clima impredecible.
  • Descenso con ciclistas a pie que no permiten un buen flujo.
  • Xicotepec es un pueblo chico que no ofrece mucho para que los familiares se distraigan mientras la carrera se lleva a cabo.

 

Si me preguntan si la volvería a hacer… ¡Me encantaría!

 

Héctor García

MTB Friends

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